El papa Francisco celebró este jueves, en privado, un ritual de la Semana Santa con un cardenal al que había destituido hace unos meses, en un gesto de aparente reconciliación.

El cardenal, Angelo Becciu, fue destituido de sus funciones en el Vaticano en septiembre, después de que el papa Francisco le comunicara que estaba acusado de haber desviado fondos de obras de caridad de la Santa Sede para sus hermanos y hermanas.

Pero este jueves, el papa visitó a Angelo Becciu y celebró una misa en la capilla de su apartamento privado, declaró el cardenal en un comunicado enviado a los periodistas que siguen la actualidad del Vaticano.

Una fuente del Vaticano declaró que no podía comentar los "compromisos privados" del papa, pero consideró que "un gesto fraternal así, en un día como Jueves Santos, no parece raro".

La misa del Jueves Santo conmemora la última cena de Jesús con los doce apóstoles, y forma parte de los preparativos del domingo de Pascua, que marca la resurrección de Jesús y es el día más importante del calendario católico.

El papa Francisco suele celebrar esa misa en público, pero este año cedió esa tarea al decano del colegio de cardenales, Giovanni Battista Re, que ofició un servicio en la archibasílica de San Juan de Letrán, en Roma.

A causa del coronavirus, se restringió la asistencia a la misa.

Angelo Becciu también estuvo implicado en un caso de inversiones con pérdidas del Vaticano en Londres, pero siempre defendió su inocencia.

Antes de su destitución, estaba al frente del departamento de santidades del Vaticano.

Anteriormente, de 2011 a 2018, era sustituto en Asuntos Generales, un papel próximo al del jefe de gabinete de la burocracia central del Vaticano. No ha sido inculpado de ningún delito.